You are always welcome...

No se puede decir que sea una famosa escritora, ni una chica deslumbrante a la que todo el mundo admira, tampoco ningun genio de la lámpara ni una persona que tenga algún tipo de talento. Tan sólo soy una chica enamorada perdidamente de un chico realmente increible que ha echo dar una vuelta a mi vida, coloreandola con los tonos más alegres, dándome fuerzas para seguir en el día a día y luchar contra la dura rutina, haciéndome sentir viva.
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María



jueves, 3 de junio de 2010

Un beso y un consuelo

Te volví a ver ayer, pero como otro día a tu lado fue un pestañeo de mis ojos lo que duró.
Pero ese momento pudo ser mágico, inundado por la emoción y la intriga de cuando serías capaz de volver a besarme.
No faltaban en mi ganas de provocarte.
Yo movía mis labios, acariciaba tu cuello, lamía tu cara y mordía tu torso. Sólo pude apreciar en ti uno entre otro tambaleo de tu cuerpo, pero fue eso más que suficiente para saber que te morías por besarme.
Te morías por mí al igual que yo por ti, sin embargo debo darte la enorabuena, pudistes resistir mucho pero alfinal si tu no caías en la tentación acabaría cayendo yo.

Me apollé sobre tu pecho, tan duro y firme como de costumbre y poco a poco tu boca y la mía se hayaban cada vez más cerca, más juntas y unidas por un mismo lazo, NUESTRO AMOR.
Finalemente pudistes dejar ese orgullo que yacía en tu interior y tus labios se entrecruzaron con los míos y en un apasionante y largo beso, me dijistes todo lo que yo quería y esperaba sentir durante todo el día.
Ese fuego interno que hace rebentar cualquier malicia, cualquier rencor, o sentimiento negativo que puedas sentir en lo más profundo de tu ser, y acaba desvaneciéndose...dejando hueco a todo el amor que estás dispuesto a entregarme.
Con ese y otros cuantos besos te despedistes de mi y agradecí toda aquella tarde tan maravillosa que había compartido a tu lado.

Pero no conforme con eso, me demostrastes una vez más que tu ahí siempre ibas a estar, acurrucándome entre tus abrazos que transmitían palabras de consuelo que quitaron de mi rostro todos aquellos problemas externos a ti.
Nunca estás conforme hasta que haces rebentar mi corazón de felicidad cada día.
Gracias.

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