You are always welcome...

No se puede decir que sea una famosa escritora, ni una chica deslumbrante a la que todo el mundo admira, tampoco ningun genio de la lámpara ni una persona que tenga algún tipo de talento. Tan sólo soy una chica enamorada perdidamente de un chico realmente increible que ha echo dar una vuelta a mi vida, coloreandola con los tonos más alegres, dándome fuerzas para seguir en el día a día y luchar contra la dura rutina, haciéndome sentir viva.
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María



sábado, 17 de septiembre de 2011

Dulce despedida

¿Qué ha pasado?
¿Alguien me puede explicar que ha ocurrido en estos dos últimos instantes?
Sólo sé con certeza que me duele la garganta y me encuentro en mi cama, pero cada vez que lo recuerdo, esbozo una sonrisa seguida de la repetición de aquellas imágenes de ensueño.
Y tan ensueño que era, que el despertar me hizo recuperar las ganas de seguir.

Todo empezó aquella tarde, después de ver una de las películas que me llevaban a mi infacia, que hacías que como siempre,
a tu lado, fuese aún más especial, al parecer deseabas con ansias una dosis de mimos. Pero...me extrañó que esta vez quisieses que fuesen en tu cama.
Feliz e inocente me encaminé contigo a un mundo nuevo, lleno de
jugueteos y sonrisas pícaras que escondían grandes secretos que eran duramente reprimidos por nuestras mentes, aunque por desgracia, cada uno, con sus diferentes motivos.
Yo por mi parte no quería romper aquel vínculo tan importante y frágil que nos mantenía unidos, que podía ser roto por algún beso robado de tus labios. Posiblemente eso conllevaría un rechazo y yo temía a aquello mientras que tu y tu cabezonería, que junto con tu mente y tu corazón en lucha continua, se peleaban por decidir que debía ser lo mejor para ti mismo.
Fuese lo que fuese el destino nos volvió a unir de la manera, sin duda, más dulce.
Tu me agarrabas de la cintura, con tus ojos fijos en todo momento en los míos. Sin duda, eso junto a otro grupo de acciones familiares, indicaba que mi amiguito buscaba algo más que aquellos mimos inocentes. Sin duda, viendo sus intenciones venir, seguí su juego que me conducía a un recorrido que iba desde su cuello a sus labios que tanto ansiaba besar desde la última vez.
Para asegurarme volví a mirarte y con unas palabras cruzamos poco a poco nuestros labios, que desencadenaron de manera inmediata la mayor de las pasiones que tanto reteníamos dentro nuestro. Con besos y roces de nuestros cuerpos, sin que el tiempo parase, nos envolvimos en un mundo paralelo de dulzura y cariño. Sin embargo, fue en el peor de los momento cuando mi mente me bloqueó y me forzó a mirarte a los ojos para poder decirte de la mejor de las maneras un simple pero intenso "te amo", seguido inmediatamente de las palabras de mi corazón asustado "pero no dejes que esto haga que termine".
Y...¿sabéis qué? No terminó.

¿Acaso estaba soñando?

Cuando terminó aquel momento de pasión ambos volvimos a colocarnos y muertos de vergüenza, al menos por mi parte, volvimos a cada respectivo extremo de la cama y sin decir palabra intenté que no te sintieras incómodo, pero en esos momentos mis labios no respondían y mi garganta ardía. Yo sudaba y tu seguías allí sin decir nada.
"Mierda"- pensé asustada
Pensé que lo mejor sería ir al baño con la excusa de lavarme la cara y así pues poder despejarme lo máximo posible, pues no creía lo que acababa de pasar.
Pero, antes de que yo pudiese abrir la puerta de la habitación su preciosa y dulce voz me dijo "no te vayas por favor, ven conmigo".
Fue entonces cuando me di cuenta que me tocaba reaccionar y pensar alguna forma de hacerle sentir a gusto, conforme. Decidí entonces en ponerme a su lado y con todo mi cariño abrazarle de la forma más delicada posible para que viese que no tenía por qué sentir incomodidad alguna conmigo a su lado, así que sonreí y como una niña me derretía lentamente con la suya.
Quería besarle de nuevo, acariciar cada una de las partes que había acariciado y llevarle al cielo, pero algo dentro de mí,(supongo que mi parte racional) me contradecía y me avisaba de los riesgos de esos actos. Desde luego que no volvería aceptar ningún rechazo más, pues para mí, era lo más dañino que podía recibir de su parte.
Él pronto se reincorporó y se puso a mirar nose qué historias en el ordenador, "dios santo no consigo acordarme, solo recuerdo su figura con aquella cara de concentración puesta en el ordenador" y más tarde se encaminó a la ducha y me puse en frente del ordenador escuchando aquella canción que tanto que se le había pegado.
La escuché una y otra vez hasta que su ducha terminó y en albornoz se presentó en frente mío.
Quería darle calor, cariño y sobre todo cuidado, por lo que le volví a abrazar para hacerle sentir, cómodo y seguro, porque para mí que él se sienta bien y a gusto era y sigue siendo algo primordial.
Mis buenas intenciones, al parecer, tuvieron éxito y de su boca brotaron millones de corazones saltarines al chocar con la mía. Era magia, era amor y fue entonces cuando supe que a pesar de lo que hubiese pasado el y yo estábamos igual de unidos, e inclusive, algo más. Miento, mucho más.

Esto no es real, es demasiado bonito, demasiado fugaz...

Entre millones de mimos y abrazos una noche espectacular nos esperaba en unas horas. Partimos a Madrid, creo que parecía, y nos sumergimos en un largo paseo por las calles más bonitas de toda esa ciudad.
Yo vestía con un vestido blanco y unos tacones marrones que me destrozaban los pies, no obstante, gracias a sus cuidados pude caminar correctamente a la par que él.
Y él...el estaba alucinante, como siempre, hasta en los sueños me dejaba boquiabierta y como una estúpida me quedaba minutos seguidos contemplando aquella camisa blanca a rayas azules que ajustaba en su ancha espalda, acompañada de sus pantalones negros que ceñían sus fibrosas piernas. Sin duda me hacía peder los papeles.
De la mano y jugueteando con nuestros brazos, caminamos por aquellas calles que con nuestros pasos se iban iluminando más.
Prometo no haber visto Madrid tan bonito como aquella noche.
Era todo tan perfecto...el y yo, juntos de la mano caminando, hablando de cosas que nos hacen reír y tener ilusiones de vivir, compartiendo también recuerdos y pensamientos, que al fin y al cabo nos unían más y más.
Con un par de horas, pasadas con ñoñerías diversas como aquello de compartir nuestra cena y dándonos de comer como dos tontos enamorados y de ver el teatro que no puedo recordar de qué trataba, todo iba demasiado deprisa...sólo sé que me enamoraste aún más y aún más de él, convertía aquellos momentos en verdaderas aventuras que siempre podríamos hacer de ellas historias, aunque algo embarazosas, pero al fin y al cabo historias. Me encantaba su iniciativa, su carácter extrovertido que empuja al mío contrario a una perfecta complementariedad, y sobre todo su increíble capacidad para hacerme reír.
Era demasiado bonito, demasiado perfecto, y al acurrucarnos en la cama con cariño nos sumergimos en los sueños lentamente abrazados.
No ostante a pesar de que aquello debía terminar, pues el tiempo apremiaba y debíamos separarnos aunque fuese temporalmente.
Por eso mismo decidía tomar la iniciativa y con vergüenza y algo de miedo al rechazo, besé sus labios rápidamente y con unas sonrisas de niños pequeños nos despedimos hasta mañana.

Ahora, la parte más dura es cuando te despiertas y te das cuenta de que, todo ha sido un sueño que ha pasado tan rápido por tu mente como una estrella fugaz en el cielo.
En mi cama ahora estoy escribiendo con una sonrisa nostálgica, recordando aquellos momentos alucinantes.
Pero nunca hay que olvidar, que en las historias de niños, como en Peter Pan, puede parecer que aquello nunca ha pasado, pero cosas como tus llamadas por la noche, hacen que piense que mis sueños pueden hacerse realidad.

Just..."You and I"

jueves, 1 de septiembre de 2011

Siento que no estás

Muchas gente cree en el famoso dicho de: suerte en el juego, desafortunado en el amor y viceversa. ¿Pero que sucedería si fueses desafortunado en ambos campos?
Es curioso que al tener que afrontarlo la gente intente consolarte con palabras optimistas y llenas de brillo como es una mala racha, ya pasará o incluso que después de la tormenta saldrá el Sol.
Sin embargo, ¿qué pasa en aquellos lugares donde no deja de llover?
Podéis llamarme pesimista, o quizás amargada, persona gris o escombro que sólo sabe estar triste, pero, ¿qué pasaría si pudieseis disfrutar del cielo durante dos años seguidos y luego os pusiesen los pies en la Tierra?

Yo personalmente, llevo exactamente dos meses y 21 días en la Tierra, habiendo vivido en el cielo dos fugaces años que no pude casi acariciar, por la confianza a que fueran más.
Cada día me despertaba con una sonrisa dibujada en la cara, ansiosa a abrir las persianas de mi habitación y contemplar el día precioso que hacía, hiciese el tiempo que fuese, lo verdaderamente importante en eso, es que pronto podría verte. Cuando ese momento tan tierno llegaba me rendía ante ti con un gran abrazo que te apretaba fuertemente para tenerte seguro junto a mi, o con un beso que pudiese sellar aquellos labios con los míos.
Daba igual si estábamos todo el día tumbados en la cama o dando una vuelta o quizás haciendo lo que más nos gustaba porque realmente lo importante en todo eso era tenerte cerca, junto a mi, sabiendo que me amabas como a nadie, únicamente a mi.
Quizás había discusiones, peleas sin sentido por pequeñeces, pero en fondo y al final, sólo cabía en aquellas palabras mal dichas y esos gestos mal intencionados arrepentimiento puesto que sólo había amor en aquellas disputas absurdas.
Al final del día, alguno que otro, dormíamos abrazados el uno al otro, recuerdo en aquellas noches frías de invierno en las que y dormía junto a ti, con otra sonrisa apegada a mi ser, que me dejaba descansar en paz, durante todas las noches. Aquellas en las que no estábamos juntos, contaba los instantes para volver a verte, pero recuerdo, que me conseguías dormir con aquellas conversaciones largas y tendidas en las que tu y yo hablábamos sin cesar de volver a estar juntos y demostrarnos nuestro amor de nuevo.
¿Qué más daban esos celos absurdos; sólo éramos los dos en aquella burbuja de encanto y dulzura?
Ahora os preguntáis que fue de aquel chico que me hizo feliz, que me llevo a los cielos y que sobre todo, me enamoró. Pues bien, ahora mismo ni yo misma sé en qué punto está, si en un "he dejado de sentir amor hacia a ti" o en "me he enamorado de otra persona" o en algún remoto e imposible lugar un "me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti" o quizás en un simple pero profundo "te amo".
Cada palabra que me diriges supone un mundo de preguntas e interrogantes sin respuesta, en suposiciones sin acercamiento, en pensamientos absurdos de una idiota enamorada, que no es capaz de mirar hacia delante sin él, sin poder crecer sin su amor.

Ya soy incapaz de mirar esas fotos de besos profundos, o aquellas cartas que me escribías. Sólo tengo fuerza de escuchar aquellas canciones que tanto nos dedicábamos y que poco a poco nos mantenían unidos. Pues ahora bien, me gustaría que si algún día lees esta entrada, escuches todas las palabras de la canción "Siento que no estás", no busques razón, busca sentimiento, busca aquel momento en el que te la enseñé, porque ¿sabes qué? no hay nada que describa mejor mi situación que esa canción.
Haz un hueco en tu corazón, para ella, para mí, para el amor verdadero que gracias a ti, sé que existe y me niego a dejarlo marchar....

sábado, 27 de agosto de 2011

Mi ruina

Parece imposible esto de esperar a secar mis lágrimas y empezar a escribir en frío.
Ahora mismo solo soy un cronómetro que cuenta los minutos, los segundos pero sobre todo, los dias que faltan para volver a verte, pero sobre todo, los días que faltan para que esta tortura acabe para siempre.

Tarde o temprano ambos sabemos que pasaría esto, tu te irías de vuelta al barco y lo que ello supone que ella estaría ahí, sin perder el tiempo, jugando a su juego. Tonteando, lanzándote miradas, guiñándote un ojo e incluso puede que caiga algún que otro beso enviado al aire, con el destino de romper tus esquemas como hizo ya antes, bloquear tus sentidos y hacerte suyo, creedme, sabe como manejarle. Por fin cuando ella lo haga y consiga aquello que ni yo con esfuerzo de meses he logrado, podrá conseguir sus felices momentos y sus besos, que ojalá sean huecos y vacíos, pero a su vez eso desencadenará muchas cosas, muchos daños, que probablemente ni la vengan ni la vayan. Total...no son sus sentimientos los que van a ser aplastados, ni su vida la que va a quedar en auténticas ruinas.
No, ella seguirá igual, bailando y robando algún que otro beso vacío.
Pero supongo que todo eso da igual, la gente que se lleva por delante es mucho menos importante que su pequeño capricho, de besar a alguien que apenas conoce, a alguien que probablemente y que, si la suerte me sonríe, no vuelvan a verse de nuevo. Pero chica, mis felicitaciones, has conseguido lo que has querido. Has jugado con el y a mi me has roto mi vida, espero que algún día que te enamores, y espero que no te pase lo mismo, porque es lo peor con diferencia que alguien te puede hacer en vida.



Lleva ya tres días en aquel sitio, y ya tengo ganas de arrancarme de un tirón el corazón y tirarlo lo más lejos que pueda y por fin, olvidarme de toda esta mierda que me tortura en cada minuto.
No me apetece salir, tampoco me apetece ver a nadie, llevo tres días metida en casa arreglando cosas para sorprenderte el día que vengas, ya que como siempre, mi jugada fue arruinada la última vez haciendo coincidir el viaje con la vuelta del mío.
Sabeis? tenía pensado hacerle una sorpresa que le hiciera ver lo mucho que estoy dispuesta por el y que antes de irse, pudiese conseguir algún pequeño compromiso conmigo.
Sin embargo todo volvió a salir mal y yo me quedé sin hacerlo y con la duda de probar suerte a la vuelta con el miedo de su rechazo o quizás que a pesar de mis esfuerzos, ella siguiese en su mente...
Rompo de nuevo a llorar, porque más no puedo hacer. No puedo ir alli y mostrarle lo mucho que he cambiado en un mes por el, en los planes tan geniales que tengo para él y sobre todo el cariño que me gustaría darle y no puedo...
Caigo perdida en mis llantos que parecen no cesar y una terrible sensación que experimenté a principios de verano, cuando inocentemente creía que este verano sería el de mi vida y sólo me ha traido desilusiones, lamentos, disputas y sobre todo frustraciones por no conseguir nada por aquello que luché y ahora solo tengo ganas de volver atrás e intentar todo lo posible para experimentar aquellos días que tuvimos juntos.

No soy capaz ni de ver aquellas fotos que teníamos en la playa, en tu baño, el día de la fiesta que hiciste y nos besamos apasionadamente. Fotos que nos mostraban a ti y a mi juntos, felices y ante todo enamorados.
Tantos recuerdos que invaden mi mente constantemente, de todo aquello por lo que juntos hemos pasado, esas sonrisas, esas escapadas y todas esos besos a escondidas de todos, hacían que todo sonriese y que vivir y luchar por aquello mereciese la pena.
¿Cómo puede cambiar todo eso una sola persona?
Todo aquello lo borro de nuestra pizarra llena de pintadas de corazones, palabras integradas dentro de la profundidad de los significados que nos suponían, de canciones dedicadas y sobre todo con el sentimiento de intenso amor.
¿Volverán todo aquello que tanto supuso para tanto? ¿Volverás a amarme como hiciste antes?
Sólo pido que esta tortura se acabe para siempre porque sin su amor se me quitan las ganas de vivir.

lunes, 8 de agosto de 2011

Pase lo que pase

Hoy, nueve de Agosto, he decidido escribirte. Esta vez, no por pena, ni por tristeza, sino por amor.
Tanto tú como yo pasaremos estos días un tanto distintos a los que hemos pasado ultimamente, tú viajarás a la hermosa y fría Inglaterra y yo en cambio, volveré al lugar donde siempre suelo pasar el verano, esta vez podré compartirlo con un gran amigo.
Todas estas situaciones me hacen volver años atrás, en concreto, dos años atrás, cuando todo era muy diferente, quizás inmaduro y joven, pero a la vez intrépido e inquietante.
Jamás podré olvidar aquella noche antes de que marcharas de mi lado. Insensata y confundida no pude saber de qué modo actuar, estaba atónita por todos los hechos pasados en aquel cuarto cargado de emociones y sentimientos, pero por fin, supieron encontrar hueco tanto en mi cabeza, como en mi corazón.
Quería tener el detalle de mostrarte esta carta, a tí, mi amado, como muestra del recuerdo de aquellos detalles que solíamos tener antes de vernos separados durante tiempo. Pero ante todo va con mucho cariño y amor.

Durante esta última noche tenía pensado hacer las maletas y descansar un poco antes del viaje. Sin embargo, cuando deshacía mi mochila de varios días a tu lado, ví aquella película de la que tanto me habías hablado, Moulin Rouge, curioso nombre y la verdad curiosa película, pero acabó por comer toda mi noche y todo mi ser. Aquella historia dio un vuelco a mi corazón y un millón de emociones surcaron mi cuerpo.
En primer lugar una conmoción por aquella historia de amor imposible, que con un final trágico, por otra parte me sentí estúpida por haber judgado mal a esa obra maestra, por prejuicios de las transformaciones de dicha obra hoy en día, pero por último mis ojos se iluminaron con luz de esperanza ahora sabiendo que, los amores imposibles, pueden hacerse realidad.
Sé de bien que yo no soy una estrella, ni una dama de gran belleza. Tampoco poseo la gran carisma y la habilidad destacada en ningún arte, pero en cierto modo me siento identificada con uno de los protagonistas, es curioso, pero me sentí dentro de la piel de nuestro escritor.
Aquel que siempre, sin nunca haberse enamorado, y como gran y buen artista, creía en la libertad, en la verdad y sobre y por encima de todo, en el amor.
Ahora mi historia entra con la suya, pero no pude hacerla ni tan rápida, ni tan perfecta. Yo me encontraba perdida en un mundo en el que no podía experimentar sentimientos verdaderos, en donde la comida no me sabía a nada y el agua que bebía se desvanecía en mi garganta.
No podía oir a los pájaros cantar en aquellas tempranas mañanas de primavera y verano, como tampoco podía luchar y vivir intrépidamente los días, como si estos fueran los últimos. No obstante, esto pudo ser en el mismo instante en el que te conocí, te miré a los ojos y desde ese mismo momento supe que jamás estaría sola y que tú me harías vivir de verdad.

Las letras de esta bonita y romántica historia dicen muchas cosas que yo te quiero expresar, pero a veces no puedo demostrar. Cosas como que me has hecho tocar el cielo y ahora que no te tengo sólo me encuentro en un infierno. Yo te veo como aquella cosa inaccesible e imposible, como una estrella en el cielo que nunca podré tocar en vida.
Sé que todo en nuestra propia historia te da mucho que pensar y yo por supuesto entiendo todo tu pesar y el tiempo que necesitar para descansar y olvidar todo aquello.
Yo sigo y seguiré aquí o donde quieras que este, pues en algún momento de la película la pareja supo decirse, que ante cualquier problema u adversidad, siempre estarán ahí el uno para el otro y que, sobretodo, pase lo que pasé, su amor será para siempre. Esto hizo despertar en mi mente ideas nuevas, ideas que me motivaban a seguir tus pasos hasta el fin de mis días y es que, aun siendo cierto nuestras absurdas discusiones, nuestras peleas y niñerías absurdas, no consigo mirarte a los ojos sin pensar en lo mucho que te quiero y deseo a mi lado. Por eso haré lo que haga falta, si tengo que mover montañas, cogeré todas mis fuerzas y las moveré, si he de romper muros, aunque no me halle con fuerzas al menos conseguiré saltarlos, como dicen en una serie que tu y yo conocemos (Shana), "contigo soy capaz de cualquier cosa".
Que cierto es eso, tu me has hecho sonreír cada día en el pasado, cuando los días eran oscuros y tristes, tu los iluminabas con tu esplendor, mi ángel, mi guardián.

Son estas, amor mío, pocas de las muchas razones por las que te quiero y por las que seguiré ahí, al pie del cañón. Y aunque la distancia nos separe, los celos se apoderen de mí y el dolor vuelva, volveré a escuchar esa canción, entre otras millones que tenemos que nos recuerdan el uno al otro.
Por ello, estáte tranquilo, porque quiero que disfrutes de tu viaje, lo pases bien con tu familia, tomes muchas fotos para hacer recuerdos bonitos y ante todo, sé feliz durante esos días en mi ausencia, porque yo sólo te pido que te acuerdes de mí, es entonces, cuando yo podré sonreir. Porque ten seguro, que yo siempre, guardaré recuerdos de tu persona, cada vez que vaya algún lugar, vea algún sitio nuevo o oiga alguna melodía bonita.
Y sé que esto es real, pues es inevitable sentir ansias de volar para volver a verte, ansias de vivir cuando te veo tu imagen en algún lugar y ganas de morir cuando te veo marchar, pero aquí va lo grandioso, y es que cada vez que hay un no, yo lucharé por un sí, cuando te veo llorar, lucharé por una carcajada.

Aunque el camino que me espere no sea fácil, yo esperaré y si cometo algún error, ten por seguro que lo corregiré.
No habrá día en el que deje que mi único fin e ideal en la vida se esfume, porque aunque parezca tan imposible como atrapar humo o surcar los cielos con alas pegadas a mi espalda, conseguiré la magia que pueda recuperar tus ansias de volar y que con un beso, todo ese humo de dolor se vaya. Todo lo que pueda pasar ahora, determinará nuestros caminos, pero necesito que sepas lo que siento y es que, nuestro amor no es imposible, nadie se encuentra herido de enfermedad y que en cualquier momento podemos escapar de todo lo que nos rodea. Por favor ten siempre en cuenta, que siempre, siempre te querré y que aunque no sobresalga en nada y sea necia para muchas cosas e inexperta y torpe para otras, ahora sé de lo que hablo y sé que sin tí no puedo vivir porque te amo.
Quería decirte, que pase lo que pase, vaya a donde vayas, estés o hables con quien sea, yo te amaré por siempre, porque mi amor hacia a ti es infinito.

Lo siento si esta carta te ha hecho sentir incómodo o cualquier cosa, sólo quería que tubieses un recuerdo de un detalle bonito que quise tener cuando marchases, para que pudieses siempre que quisieras, leerme y así acordarte de mí.
Tan sólo cuéntame a donde vayas, que lugares visitas, que canciones escuchas y sobre todo qué piensas en cada momento, por favor, tu también escríbeme, aunque sean un par de frases, poder verlas en el móvil será algo más que suficiente para mí. Siempre en contacto, ¿vale?

Tu eres mi diamante inalcanzable y aunque yo a veces pueda parecer tu miseria, en cuerpo y alma me entregaré para ser la persona que más en tu vida te haga feliz.
Llévame siempre contigo ángel.
Te quiere infinitamente, María
09.08.11



miércoles, 3 de agosto de 2011

Derrotada

Querido diario hoy al volver esto es lo único que quizás hallas podido ver...
Puertas cerradas, altavoces a tope y sobre todo, mi canción.
Aquella canción que supo apoyarme siempre. En aquellos en los que me faltaba el aire para respirar, en los que el mundo parecía acabar, me permitía seguir hacia adelante.
Poder ser valiente, como lo era antes, y en cada momento que me caía, volver a pegar un puñetazo brusco al suelo y seguir hacia delante.

No soy la chica perfecta, que cae bien a todo el mundo. Tampoco soy una chica espectacular que deja a cualquiera con la boca abierta por su impresionante cuerpazo o por su cara de ángel.
No soy ni seré una chica de ensueño. Tan sólo soy yo misma.
Alguien que hoy ha creido superarse por siempre a sí mismo, porque nunca había renunciado a nada por nadie, que había dejado mis intereses o gustos atrás o que incluso me había hecho perder y dejar mis miedos en un cajón encerrados para poder agujerearme el cuerpo para poder agradar más tanto a tus ojos como a tu corazón.

Pero hoy, hoy creía que no podría con ello. Apenas pienso en ello por no hacerme más daño.
Ella, sí, aquella chica ha sabido ganarme en la batalla del amor.
Quizás por su personalidad carismática, o por su elasticidad sorprendente como bailarina, o que sea mayor y mejor desarrollada que una chica menor con un cuerpo de niña adolescente... Sin embargo estando tu y yo en la cama, vi tus ojos semihúmedos y supe ver que mi tren pasó hace mucho y que debía escucharte y ser al menos, una buena amiga. Él estaba confuso de sus sentimientos y los míos comenzaban a flaquear, estaba pensando que a todo esto que estaba siendo yo en estos momentos para él...¿una simple amiga?
Tan sólo pensarlo me retorcía el estómago y me apuñalaba el alma.
Leyendo tus labios confundidos, retenía mis lágrimas con fuerza, rogando ahí arriba para que me conteniese las ganas de gritar, huir, salir de mi miseria y volver a la realidad que me sumergiste años atras.
Sin embargo la realidad era más fuerte que yo y tenía que ser valiente. Tenía que cogerme a mi misma y ser, por una vez en la vida, algo útil para él.
Le decía que luchase por ella, que cogiese y hablase con ella, mientras mi garganta ardía por no llebar aquellos sentimientos hacia dentro y volver a ser alguien egoista.
Mi tiempo se agotaba y yo no podía permanecer más tiempo en aquella en esa habitación, asi que aprobeché la presencia de un inesperado nuevo amigo en la habitación y huí como niña muerta de miedo por aquello que recorría mi mente y en cuanto calculé la distacia idónea para que sus oídos no pudiesen escuchar mis lamentos, eché a llorar. Y lloré y lloré hasta que mis lágrimas fueron interrumpidas por la llamada de mi madre que me esperaba al otro lado de la casa.

Yo le avisé de que pronto marcharía y el salió de la habitación y me besó. Le dije que por qué razón hacía eso y sin pensarlo lo volvió hacer. Mis lágrimas asomaban por mis ojos y yo debía irme antes de que el me volviese a ver entre lágrimas. Cogí la puerta, me despedí educadamente y me fui. Soporté los diez o quizás quince minutos en coche de trayecto hasta mi casa para evitar charlas absurdas que no me ayudarían en nada y me harían quedar como una loca, fui corriendo y me encerré en mi habitación, puse los altavoces de mi ordenador a tope y escuché la canción que siempre me motivaba, derrotado, del grupo español de savia.
Aquella canción había sido la única canción que había podido escuchar durante horas y horas sin cesar hasta quedar rendida por el sueño, y que sin cansarme de ella, volvía a abrir los ojos la mañana siguiente y escuchaba de nuevo.
Ahora me quedaba quedarme en silencio y apoyar cada una de tus caidas y si estas me tiran, te prometo que por mucho que ahora quede derrotada, mañana te lebantaré junto a mi. Porque en esta batalla, aunque halla caído esta vez, no quedará terminada hasta tenerte de nuevo a mi lado.

martes, 19 de julio de 2011

Tren hacia el olvido

Los segundos pasan y la vida se agota
quieres dejar de soñar y vivir tus propios sueños.
No dejes que la última gota
caiga sobre tu cuello.

Por eso corre, hulle, vuela, viaja a través del tiempo.
Deja de llorar en aquella esquina
que desde aquel entonces se había convertido en tu pesadilla.
Asi qe despieta o tu tren pronto partirá
pero esta vez por un camino muy distinto,
donde la primera parada será el olvido.

Tus pensamientos despejarán,
aquellas nubes que en la cabeza
algún día te hicieron flaquear
y poder dejar de ser quien antes eras.

Pon entonces tu pie en el bagón
y yo te prometeré,
con todo mi corazón,
que tu rostro sonriente podrás volver a ver.

Despierta, ya has llegado.
Un nuevo camino te espera,
dejando atrás todo el pasado que tanto te ha torturado
podrás por fín ver el mundo de una mejor manera.

Esperando un nuevo despertar

Perfecto, sencillamente como tú...
Sus ojos, su mirada, me hacen sentir
que por fin vuelven en mí las ganas de vivir

Eres quien en la oscuridad me hace ver la luz
quien en el desierto me quita la sed
o quien el glaciar me da calor...
Quien hasta en mis pesadillas me quita el dolor.

¿Por qué aer no pude hacerte sentir
lo mucho que tu hacías en mí?
Quizás el tiempo y el espacio estaban descontentos
por las cosas vividas por aquel momento.

Perfecto sencillamente perfecto...
Ahora sus miradas no son para mí,
pero aún así, por mucho que duela,
me basta con hacerle sonreír.

Lucharé por aquellos días,
en los que al despertar,
esbozaba una sonrisa
deseando volverte a encontrar.

¿Por qué ayer no pude hacerte sentir
lo mucho que tu hacías en mí?
Quizás el tiempo o el espacio estaban descontentos
por las cosas vividas por aquel momento.

Pero ahora hay entre nosotros un gran silencio,
un espacio que podrá determinar,
que tras el sufrimiento,
pueda haber por fin un nuevo despertar