En esta carta como primera voy a hablarte de ti, de mi, de nosotros.
He decidido escribirte en ordenador puesto que a mano tardaría mucho más y supondría una pérdida de tiempo.
Me muero de ganas de hablar contigo por teléfono y escuchar tu preciosa y melódica voz, perfectamente afinada por cada aire que expulsas de tus pulmones al hablar.
Hoy me he levantado por la mañana en la habitación de mi hermano pequeño angustiada porque la noche anterior no pude dormir bien, esto fue porque tuviste el gusto horrible de llevarme a ver una película que pensando en la verdadera trama y el argumento inexistente, no daba miedo, pero pudo ser mi retorcida e insegura conciencia la que me hizo temblar de miedo, al que me hizo saltar agarrándote fuertemente del brazo, pegándote un pellizco que no sé cual de los dos lo pasó peor. No te culpo, eres tonto, siempre tienes buena intención.
Cuando me levanté tenía la sensación de que no estaba descansada, que no había dormido bien, a si que volví a mi habitación y dormí media hora más. La alarma volvió a sonar y me desperté porque me esperaba mi libro de biología para pasar un día de repaso intensivo con él.
Poco a poco iba recibiendo mensajes tuyos que hacía que me levantase de la mesa y volviese a mirar al libro que tanto me aburría y cansaba, eran briznas de alegría.
Pasó el día y ya eran las siete, me veía incapaz de seguir estudiando,no tenía fuerzas, me hallaba totalmente agotada. Quise llamarte y por eso no dudé en hacerlo.
Empezamos a hablar y me acuerdo que tu me dabas ánimos y yo sólo me quejaba de lo cansada que estaba, quizás era por la ayuda de mi compañera de la pubertad o mis alocadas hormonas, pero fuera lo que fuera hizo que me comportara de una manera insoportable. Aún así tu quisiste darme ánimos, me recomendaste ver una película, desconectar, quería una sonrisa en mi cara. Tu ternura era el paño para mis lágrimas. Entristecida, llamé a mi hermano y como tu dijiste me puse a ver una película.
Posiblemente fue la película más bonita que he visto en mi vida y me hizo pensar.
Quería decirte para empezar con lo verdaderamente importante, mis sentimientos, que te quiero.
Desde que te conocí supiste llenar en mí todos esos vacíos de mi alma, fue un cometa lo que pasó a mi lado, pero este no quiso seguir su rumbo, sino que se paró. Dijo que nunca había visto una estrella tan bonita en toda su vida, quizás por esto es por lo que tengo pasión por el universo.
Desde aquel momento sólo estabas tu, dejé las llamadas de aquella persona que se hacía llamar mi novio pero no sabía valorarme y tratarme como lo hacías tu, porque creo que eso es algo que milagrosamente sólo tu sabes hacer, sólo quería hablar contigo y que me hicieras saber todo acerca de ti, tus gustos tu familia... Me hallaba inmersa en un mar de sentimientos totalmente desconocidos, era amor, y de lo únicamente me arrepiento es de no haberme dado cuenta antes.
Cuando me pedistes salir aquel día de rodillas, con un ramo de flores en las manos, creía que el príncipe azul con el que siempre había soñado se hallaba ante mis ojos mucho más guapo y especial del que me había imaginado, esta vez, con una camiseta de un grupo de rock y unos pantalones por debajo de su trasero, sólo con el fin de provocarme, que sí, siempre lo hacía. Estaba confusa, no quería que nuestro amor se quebrase por los lazos de una relación, pero no había cosa que más desease que tenerte como mi novio.
Todo era una locura.
Siempre lo ha sido desde que te conocí.
Me has hecho ver el mundo de otra manera, me has hecho hacer cosas que nunca hubiese hecho con otra persona, has hecho volar mi imaginación, explotar de ideas mi cabeza y liberar aquella mente que esperaba a ser liberada para algún día poder expresar los sentimientos.
Cuando discutíamos rabiábamos el uno por el otro, aunque aquellas conversaciones en algunas ocasiones no fueran apropiadas, nos hacían ver que tu y yo estábamos hechos el uno para el otro. Rabiábamos por no tenernos en frente y juntar nuestros labios para podernos decir un "te amo", eras tan sumamente idiota, que cada día me hacías caer más y más en tus tonterías, que algo aunque lo intentase ocultar, me encantaba.
¿Sabes qué?
Me encantan todas esas niñerías tullas, todas esas cosas que haces para llamarme la atención, desde ponerte un colgante nuevo, desde comprarte nueva ropa interior hasta cortarte el pelo. Adoro todas esas bromas que cuentas, todas esas palabras que sueltas, me hacen reír y saber que nunca se desvanecerá por completo mi sonrisa si tu estás a mi lado, porque puede que esté triste, ñoña, enfadada, furiosa, maniática y todas esos sentimientos que a mi me ponen más histérica y me hacen soportarme menos de lo que ya me soporto, a ti sin razón hacen dar vueltas a tu corazón y eso vale más que cualquier cosa. Hacen que mi sonrisa siempre permanezca vigente en mi siempre.
Quiero decirte que siempre sabes sacar de mí lo mejor y nunca desfallezco ante los problemas gracias a ti, si soy fuerte es por ti, si me levanto al caer es por ti, si no renuncio a nada es por ti, si lucho por las cosas es por ti, todo es por ti.
Eres el cometa que gira entorno a Neptuno. Quiero decirte amor mío, que Neptuno no es una estrella y si brilla es por la luz que hace reflejar en él y la devuelve a ti, en forma de amor.
Sin ese cometa, Neptuno probablemente se apagaría.
Creo que nadie podría comprendernos, porque nuestra relación es única, es fuerte y tenaz y aunque esté formada por dos almas sensibles, estas se apoyan la una con la otra y hace la relación invencible. Hacemos cosas y nos molestan cosas que a nadie le podría molestar, pero sí, nosotros seremos los primeros locos en contar cuántas veces preguntamos si nos parece guapos o guapas los actores de las películas, cuántas veces nos habremos molestado por celos absurdos, pero esos pequeños detalles hacen que sepamos una vez más lo parecidos que somos.
Esto lo sé no sólo por eso sino por las veces que hallamos dicho las mismas cosas a la vez, hallamos reaccionado igual ante la misma situación, hallamos dirigido nuestras miradas al mismo tiempo hacia un mismo sitio, hallamos pensado en hacer o decir alguna palabra pero esta acción o palabra halla sido robada por la otra persona que casualmente y a la vez por el destino esa persona ha dicho o hecho lo mismo que pensabas hacer.
A todo esto te preguntarás que película he visto. Hoy he visto "Posdata; te quiero".
En esta película la chica se quedaba viuda de su marido del que había estado enamorada desde que se conocieron. Este hombre se murió de un tumor cerebral.
Pensé que sería horrible una vida sin ti. Tu me has hecho tocar el cielo y vivo en él contigo, no quiero caer con el resto de la sociedad sin tu presencia.
Eres lo mejor que me ha podido pasar en la vida, y que gracias a el Dios en el que tan férreamente creo me ha dado la oportunidad de conocer al amor de mi vida, y compartir con el mi historia para siempre.
Dios escribió a la vez nuestros destinos y los guardó en un mismo libro.
Ese libro está guardado en un lugar en lo más oculto de las profundidades y solo nuestras almas podrán ser las llaves que puedan abrirlo en el cielo, cuando tu y yo andemos en el camino hacia nuestra nueva vida.
Eres todo lo que tengo y todo cuanto quiero y puedo desear. Sólo te pido que no te vayas, porque sé que nuestro lo que nos une es mucho más fuerte que lo que ha podido plasmar una persona en una película, nunca te vayas de mi. Sé que puede sonar egoísta, pero yo lo soy y te pido por favor que permanezcas a mi lado, que me protejas cuando tenga miedo, que me consueles cuando esté mal, que me acunes cuando no pueda dormir, siempre.
Quédate conmigo puesto que siempre yo lo estaré contigo.
Como has podido apreciar tu, amor mío has cambiado mi vida. Nunca e vuelto a ver el mundo de la misma manera con la que lo hacía antes, por cada lugar que paso estás tu ahí y hay una anécdota que contar, una caída torpe mía, un beso entre la noche, un paseo por las calles en invierno, viendo qué casa estaba mejor decorada.
Cada paseo a tu lado ha sido un sendero lleno de flores de los colores del arco iris.
Espero que disfrutes cada letra y que te llene tanto como tu me llenas a mi.
No te preocupes, te seguiré escribiendo.
Estoy locamente e irremediablemente enamorada de ti.
Quería decirte al despedirme lo que he escrito y llevo pensando todo instante conforme iba escribiendo; te quiero.
Siempre lo he hecho, lo hago y lo haré.
Te amo cariño mío.
Atentamente: María
12.06.2010
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