Él

Hace pocos días supe que te habías entristecido porque decías que te odiabas.
Quizás esto ocurre porque yo te quiero demasiado pero no soporto que alguien como tu, estés mal por algo que no es real.
Quiero decirte lo que pienso de ti, de tu físico, porque para mi eres perfecto.

Tu cara es realmente adorable, muestras sinceridad y virtud constantemente.
Tus ojos, son marrones con ileras verdes que hacen resaltar tu cristalino, dando a una mirada atrevida, fuerte, firme y segura, que penetra el corazón de cualquiera. Con tus ojos conquistas a la persona que te propongas, pero no creas que lo podrás hacer conmigo a tu lado. =)
Tu nariz es el prototipo de nariz griega, que ni el gran Michellangelo lo podría esculpir de forma que se pudiera igualar tal belleza.
Tu boca es provocadora, constituida por unos finos y suaves labios que incitan a la tentación de besarte apasionadamente.
Tienes un pelo asombroso, liso, de color marron claro, con destellos rubios que parecen ser los cabellos de un angel, pero estos no superarian ni la suavidad ni la forma de los tullos.Me encanta entrelazar con mis dedos tu suave cabello y acariciar poco a poco tu pelo largo que desciende por tu nuca. Es una pasada aquel relieve montañoso que tienes en la cabeza, que se llamar cresta, si, me alucina.
Tus orejas, redondas y pequeñas son tan suaves y tan lindas que con solo verlas ya quieres tocarlas y pasar la lengua a traves de ellas.

¿Y que decir de tu cuerpo?
No hay pensamiento que se me cruce por la mente que no elogie ese pedazo de tipo que tienes.
Me apasionas.
Tu cuello es ancho y fuerte y detrás de el, descendiendo por tu fibrosa espalda puedo tener ante mis ojos posiblemente el mejor trasero que jamás pude imaginar.
Me irrita y enfada el hecho que no te sepas apreciar porque entre esas piernas firmes y fuertes de futbolista que tienes se halla el gran tesoro del mundo que me incita a provocarte para que tu y yo podamos unirnos y hacer de nuestros cuerpos uno solo.
Te amo con locura y tu cuerpo me vuelve loca.
Eres increible y no hay nadie que se pueda comparar ante tal monumento que eres.