Entre los ocuros pasillos de la noche, cruzo una puerta hacia mi destino, enfrentar mi enfermedad.
Estoy sola y tengo miedo.
De pronto en un abrir y cerrar de ojos noto como unas suaves manos acarician mis brazos y susurran a mi oido palabras que calman mi dolor.
Ese eres tú.
De pronto el tiempo se para y por una vez a mi favor, realmente al nuestro.
Días lluviosos y de mal tiempo habían pasado durante estos largos tres meses y la tormenta no atenuaba y nuestro corazón poco a poco iba quedando inundado por las avenidas de el dolor.
Sin embargo día tras día salíamos a la calle sin paraguas y nos echábamos las culpas de habernos mojado aunque en el interior de nuestras tozudas cabezas había un grito desesperado: "¿Qué haces, acaso no ves que esto va a peor?" "La estas cagando tio..." "Como siga así se cansará de mi..." "¡Para, PARA!"
Tras haber pasado diciembre supe darme cuenta que si seguíamos así nuestro mundo acabaría inundado y yo al no poderme separar de ti, también.
No habría otro amanecer mirandote a los ojos cada mañana, ni tampoco tonterias burlescas ni juegos tontos, esto no eran chacos unidos, sino mares.
Por eso desde ese preciso instante decidí viajar, investigar nuevos lugares, nuevos colores que supieran devolverme esa sonrisa durante tantos meses perdida. Quise pedirte que vinieses conmigo hacia un nuevo destino, un destino que quizás con certeza no podríamos saberlo hasta que llegásemos a él.
Indeciso a mi pregunta decidiste negar mi petición, quizás con el temor de que nuestro barco se hundiera, o que quedásemos perdidos en un mar de dudas o que la marea nos dejase tirados y sin fuerzas en un lugar remoto. Tras minutos de reflexión, tus profundos ojos fueron puestos en los míos y de nuevo mi pregunta fue formulada, esta vez hacia a mí.
Enseguida partimos del puerto de la cobardía, dejando ahí todos aquellos recuerdos que podría nublar nuestras mentes a la hora de mirar hacia el horizonte y sin perder un sólo minuto zarpamos hacia el norte sin rumbo alguno, buscando la esperanza de volver a ser felices.
Sin embargo la tormenta no tardó más que un día en alcanzarnos. Esto acabaría con nosotros.
Tu estabás tumbado en la popa y yo sentada a tu lado pero la popa necesitaba el mando, sino esto iría nuevamente a peor, fue entonces cuando me percaté que mi acompañante me pidió viajar y no sería yo quien le haría arrepentirse de tal cosa,asique tiré barriles de orgullo y sentimientos asemejados y cogí el timón con firmeza hasta encontrar un lugar donde pudíesemos descansar.
Nos adentramos en un sendoso bosque, lleno de preguntas e interrogantes continuados y veía que te perdías y de la mano te cogí y juntos supimos derrotar insectos gigantes, telarañas de celos que nos hacían parar pero mirándote a los ojos en los momentos que me hallaba perdida, era capaz de ver, como en una brújula, la ruta hacia el norte.
Al salir de el bosque pudimos contemplar una extensa pradera debajo de un cielo completamente azul, mariposas revoloteaban sobre los juncos y las flores del cerezo surcaban los cielos ofreciéndonos paz y tranquilidad, al saber que todo se había calmado caí tendida a el suelo, poco más podía hacer, ahora no era mi interior sino mi exterior lo que me dañaba y con tus ojos puestos en los míos tu imagen se desvaneció a la par que mis párpados se cerraban.
Cuando desperté ya era de noche y el punzante dolor penetraba en mí como si miles de serpientes mordieran mi estómago, fue entonces cuando en medio de la nada apareció una puerta y entre los ocuros pasillos de la noche, crucé la puerta hacia mi destino y enfrentar mi enfermedad.
Estoy sola y tengo miedo.
De pronto en un abrir y cerrar de ojos noto como unas suaves manos acarician mis brazos y susurran a mi oido palabras que calman mi dolor.
Ese eres tú.
De pronto el tiempo se para y por una vez a mi favor, realmente al nuestro, el dolor se marcha abandonando mi cuerpo de una manera discreta entre las palabras de paz y serenidad que tu dulce voz me transmitía y dedicaba.
Mis párpados pesaban y mis piernas no respondían, entonces fuiste tu quien tomó el mando y con mi cuerpo entre sus brazos avanzamos tras haber cruzado la puerta la extensa pradera que habíamos encontrado, pero en esta el sol brillaba y los rayos de sol despertaron aquella, después de todo, niña indecisa e insegura que tanto necesitaba a su acompañante.
Pronto la niña vió entre los juncos y la alta hierba un hueco circular de arena, donde guardaba una amapola. Esa amapola era símbolo de esperanza y de pronto mirándonos a la vez, volvimos a sonreír, por fín teníamos rumbo.
Volvimos al barco y antes de comenzar nuestra travesía me entregaste la amapola dentro de un frasco de cristal donde nuestro amor y no el agua o el sol sería capaz de manternerla con vida, y tras tal precioso y encantador obsequio te besé y de la forma más tierna y dulce posible, fuiste nombrado el capitán de mi barco y de mi corazón.
Él fue el agua dulce de cada día, el alimento de toda una eternidad, el aire fresco que respiraba al estar junto a él, era absolutamente todo.
Y ahora nos encontramos firmes, abrazdos en la proa, esperando con ansias las nuevas aventuras y emociones que pronto vivieremos juntos, porque cariño, nunca olvidemos que somos tu y yo contra el mundo.
You are always welcome...
No se puede decir que sea una famosa escritora, ni una chica deslumbrante a la que todo el mundo admira, tampoco ningun genio de la lámpara ni una persona que tenga algún tipo de talento. Tan sólo soy una chica enamorada perdidamente de un chico realmente increible que ha echo dar una vuelta a mi vida, coloreandola con los tonos más alegres, dándome fuerzas para seguir en el día a día y luchar contra la dura rutina, haciéndome sentir viva.
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María
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