You are always welcome...

No se puede decir que sea una famosa escritora, ni una chica deslumbrante a la que todo el mundo admira, tampoco ningun genio de la lámpara ni una persona que tenga algún tipo de talento. Tan sólo soy una chica enamorada perdidamente de un chico realmente increible que ha echo dar una vuelta a mi vida, coloreandola con los tonos más alegres, dándome fuerzas para seguir en el día a día y luchar contra la dura rutina, haciéndome sentir viva.
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María



lunes, 13 de diciembre de 2010

Al son de la música

Ya falta poco, son escasaos los minutos para que todo empiece.
La gente llega, las bebidas en la barra, las sonrisas de los más íntimos comienzan a compartir anécdotas recientes y con un sólo dedo, apretando un botón, empieza la magia a caer sobre el ambiente.
Entre las chicas arregladas, endulzando sus imágenes con fragancias y entre los chicos, imponiendo su presencia con una chaqueta y una corbata, hay una persona que hace que se rebolucionen mis sentidos.
Hace que un tremendo escalofrío recorra mi cuerpo de pies a cabeza.
La música deja de ser tenue y comienza a dar ambiente, y todos empiezan a bailar.

Bailando entre amigos siento como unas manos suaves agarran mis caderas con sensualidad y con un ligero movimiento gira mi cuerpo hacia el sullo. Mirándonos fijamente comenzamos a bailar y la música cada vez es más fuerte y más rápida, poníendonos a los dos en situaciones algo...comprometidas. Veo que no puedo seguirle pero su cuerpo pide de mí más y su boca se acerca con sigilo a la mía, envolvíendonos en un apasionado beso al compás de cada nota.
Sigue, sigue, sigue...
Coge mis mis manos con delicadeza y con una sonrisa pícara me susurra al oido;
"¿Qué, demasiado para ti?"
Esas pocas palabras hicieron que dentro de mí una bomba estallase y cogíendo sus manos con fuerza se las acerqué sin llegar a tocar mi trasero y cogíendole de la espalda le devolví la jugada con otro susurro insinuador:
"Esto ha dejado de ser un baile público, ven conmigo y si te atreves te hago uno privado"


Con picardía y firmeza, hice de mis pasos un camino que él debía seguir y tras pasar los dos la puerta comenzamos a bailar escuchando la música de una forma desenfrenada que nos condujo a hacer el amor de la forma más apasionada posible, todo ello, al son de la música.

1 comentario:

  1. es esa magia que tiene la musica que lleva a desgarrar las pasiones que uno esconde en el interior, muy porno ;D

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