You are always welcome...

No se puede decir que sea una famosa escritora, ni una chica deslumbrante a la que todo el mundo admira, tampoco ningun genio de la lámpara ni una persona que tenga algún tipo de talento. Tan sólo soy una chica enamorada perdidamente de un chico realmente increible que ha echo dar una vuelta a mi vida, coloreandola con los tonos más alegres, dándome fuerzas para seguir en el día a día y luchar contra la dura rutina, haciéndome sentir viva.
Por eso quiero dedicarle este pequeño y humilde rincón, lleno de recuerdos de momentos inolvidables, sentimientos infranqueables que me hace sentir, porque todo esto es para ti.
Espero que te guste y lo disfrutes.
Te Quiere: María



miércoles, 17 de febrero de 2010

Promesa de cristal


Llacen las estrellas ocultas en el cielo, arropando a esas calles oscuras cubiertas por el frío, indefensas tras esas nubes ocultas que cubren el cielo durante la noche.
¿Dónde irán a parar aquellos destellos de las noches dormidas?
¿Acaso tendremos que aguardarlos al despejado cielo del verano?
Las nubes se acercan apelándose unas a otras en el hueco del silencio entre los susurros de las calles nocturnas.
El frío incrementa por segundos y ahora con el agua forman sólo uno.
Cristales centelleantes por las farolas, caen lentamente através de un encapotado y húmedo cielo que ahora de él parecen brotar diamantes de agua.


Através de las finas aunque largas rejillas, de las persianas de mi habitación se puede apreciar una tenue luz que penetra en mis ojos y con uno que otro tras pies, adormilada y soñolienta, abro la ventana. El asombro de las maravillas que hay tras la ventana recorre a través de mi cuerpo y mis ojos se abren de par en par como si de una mansión vieja abriese sus puertas. Boquiabierta ante tal fenómeno, contemplo l paisaje: puedo ver un manto blanco cubriendo las antes y tristes callejuelas, los tejados estaban pintados de blanco y los árboles adornados con espumillón.
La nieve caía sin cesar y pareció aparecer tu imagen en los copos blancos, en mi mente apareciste de nuevo.
Sin pensarlo una vez más, corro rauda a la calle sin pensar en el posible frío que esas manchas blancas podrían aguardar.Pero eso ahora no importa, sólo estamos tu y yo.
Al salir a la calle un olor recorre mi cuerpo através de mis fosas nasales penetrando en mí y haciendo me sentir dentro de mi ser el puro invierno.Los dedos de mis manos tiritean juntándose unos con otros a la par de los pequeños dedos de mis pies. Apenas estaban cubiertos por unos finos calcetines y unas humildes deportivas me enfrian el cuerpo de arriba abajo, y entre tiriteos y tambaleos tropiezo con una piedra que yacía oculta en aquel páramo helado.
Entonces pude sentir mi caida parada por unas fuertes manos que agarraban las mías con firmeza y el brazo estaba sujeto por el sullo. Al alzar mi cabeza torpe y desoncertada pude contemplar su precioso rostro que hoy se hallaba iluminado y pude ver que la nieve hacía que deslumbrara su rostro con más intensidad. Parecía que en cualquier momento podía caer cegada ante tal hermosura.
Me levantó y mi nariz cada segundo más sonrojada por el frío se vió acariciada por la sulla y en cuanto mi aliento desprendió vapor se fundió con el sullo. Mi rostro se estremeció y mi cuerpo se vió encadenada en una hipnosis producida por la profundidad de sus ojos verdes bañados a los lados con un marrón miel.
Me cogió con firmeza con sus fuertes y cálidos brazos y entre los soplos del viento fuimos acariciados por esas estrellas de cristal que caían cruzando el cielo hoy por hoy desafiante. Miré a sus ojos, se hallaban clavados en los míos sin vacilar y envueltos en la pasión de nuestro amor rozó mis labios y poco a poco nos besamos en la nieve encontrado una vez el momento de poder cumplir mi promesa.

1 comentario:

  1. es precioso! escribes genial... m a ncantao! te quiero muxisimo pikaronaaa!

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