Parece imposible esto de esperar a secar mis lágrimas y empezar a escribir en frío.
Ahora mismo solo soy un cronómetro que cuenta los minutos, los segundos pero sobre todo, los dias que faltan para volver a verte, pero sobre todo, los días que faltan para que esta tortura acabe para siempre.
Tarde o temprano ambos sabemos que pasaría esto, tu te irías de vuelta al barco y lo que ello supone que ella estaría ahí, sin perder el tiempo, jugando a su juego. Tonteando, lanzándote miradas, guiñándote un ojo e incluso puede que caiga algún que otro beso enviado al aire, con el destino de romper tus esquemas como hizo ya antes, bloquear tus sentidos y hacerte suyo, creedme, sabe como manejarle. Por fin cuando ella lo haga y consiga aquello que ni yo con esfuerzo de meses he logrado, podrá conseguir sus felices momentos y sus besos, que ojalá sean huecos y vacíos, pero a su vez eso desencadenará muchas cosas, muchos daños, que probablemente ni la vengan ni la vayan. Total...no son sus sentimientos los que van a ser aplastados, ni su vida la que va a quedar en auténticas ruinas.
No, ella seguirá igual, bailando y robando algún que otro beso vacío.
Pero supongo que todo eso da igual, la gente que se lleva por delante es mucho menos importante que su pequeño capricho, de besar a alguien que apenas conoce, a alguien que probablemente y que, si la suerte me sonríe, no vuelvan a verse de nuevo. Pero chica, mis felicitaciones, has conseguido lo que has querido. Has jugado con el y a mi me has roto mi vida, espero que algún día que te enamores, y espero que no te pase lo mismo, porque es lo peor con diferencia que alguien te puede hacer en vida.
Lleva ya tres días en aquel sitio, y ya tengo ganas de arrancarme de un tirón el corazón y tirarlo lo más lejos que pueda y por fin, olvidarme de toda esta mierda que me tortura en cada minuto.
No me apetece salir, tampoco me apetece ver a nadie, llevo tres días metida en casa arreglando cosas para sorprenderte el día que vengas, ya que como siempre, mi jugada fue arruinada la última vez haciendo coincidir el viaje con la vuelta del mío.
Sabeis? tenía pensado hacerle una sorpresa que le hiciera ver lo mucho que estoy dispuesta por el y que antes de irse, pudiese conseguir algún pequeño compromiso conmigo.
Sin embargo todo volvió a salir mal y yo me quedé sin hacerlo y con la duda de probar suerte a la vuelta con el miedo de su rechazo o quizás que a pesar de mis esfuerzos, ella siguiese en su mente...
Rompo de nuevo a llorar, porque más no puedo hacer. No puedo ir alli y mostrarle lo mucho que he cambiado en un mes por el, en los planes tan geniales que tengo para él y sobre todo el cariño que me gustaría darle y no puedo...
Caigo perdida en mis llantos que parecen no cesar y una terrible sensación que experimenté a principios de verano, cuando inocentemente creía que este verano sería el de mi vida y sólo me ha traido desilusiones, lamentos, disputas y sobre todo frustraciones por no conseguir nada por aquello que luché y ahora solo tengo ganas de volver atrás e intentar todo lo posible para experimentar aquellos días que tuvimos juntos.
No soy capaz ni de ver aquellas fotos que teníamos en la playa, en tu baño, el día de la fiesta que hiciste y nos besamos apasionadamente. Fotos que nos mostraban a ti y a mi juntos, felices y ante todo enamorados.
Tantos recuerdos que invaden mi mente constantemente, de todo aquello por lo que juntos hemos pasado, esas sonrisas, esas escapadas y todas esos besos a escondidas de todos, hacían que todo sonriese y que vivir y luchar por aquello mereciese la pena.
¿Cómo puede cambiar todo eso una sola persona?
Todo aquello lo borro de nuestra pizarra llena de pintadas de corazones, palabras integradas dentro de la profundidad de los significados que nos suponían, de canciones dedicadas y sobre todo con el sentimiento de intenso amor.
¿Volverán todo aquello que tanto supuso para tanto? ¿Volverás a amarme como hiciste antes?
Sólo pido que esta tortura se acabe para siempre porque sin su amor se me quitan las ganas de vivir.